Es miércoles de ceniza y estamos todos invitados a participar.
Entrar en el desierto, convertirse al Señor, dejar de lado la vida de pecado y recomenzar de nuevo.
Toda la Palabra de Dios, al inicio de esta Cuaresma, nos está invitando a una escucha más atenta de la voluntad del Padre.
Tres gestos concretos nos deberán acompañar en este camino de cuarenta escalones: Orar, Ayunar y hacer obras de Misericordia.
Dejémonos llevar por el Espíritu Santo a nuestros desiertos existenciales. Allí donde me siento más vulnerable. Desde y con la fuerza de Dios, dejémonos recrear de nuevo por el Señor. Optar por su vida que es plena y eterna.
Señor que no le tenga miedo al desierto. Al silencio, a la renuncia de mi propia voluntad por hacer la tuya. Señor, que tenga la luz suficiente para distinguir tu voluntad de las insinuaciones del Maligno y así llegue contigo a la victoria de la Resurrección.
Francisco Palma.
Francisco Palma.
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